Lucas Delfino


Lucas Delfino

Subsecretario de Cooperación Urbana Federal de la Ciudad de Buenos Aires



Innovación urbana en tiempos de pandemia

2020 es el año que puso a prueba la resiliencia de las ciudades. Este shock global sin precedentes llevó al límite la capacidad de respuesta de nuestros sistemas de salud, protección social y producción, con consecuencias que aún no podemos dimensionar. También nos obligó a reformular, en tan solo unas semanas, prácticamente todas las dinámicas del mundo urbano: cómo trabajamos, estudiamos, disfrutamos la cultura, nos movemos en el espacio público y nos relacionamos con nuestros seres queridos, entre muchas otras. 

La pandemia también puso a prueba nuestros métodos para la gestión de gobierno. Así, resulta claro que aquellas administraciones con capacidad de anticipación y respuesta rápida, que analizan las experiencias del resto de las ciudades del mundo y formulan sus polí­ticas en base a la evidencia científica son las que tienen mayores posibilidades de tener mejores resultados. Del mismo modo, la gestión de la crisis también pone en valor las capacidades de articulación a nivel federal y de cooperación internacional.

En este marco, los gobiernos locales tenemos una doble responsabilidad: por un lado, debemos traducir los lineamientos generales del (des)confinamiento a cada una de nuestras realidades. Esto implica pararnos en toda la información que tenemos disponible y lograr balancear la reapertura de la actividad económica con el cuidado de la salud de los vecinos, de modo que una no eche por tierra todo nuestro trabajo en la otra. De esto modo, si bien en el caso de las grandes metrópolis evaluamos que aún no serí­a sensato avanzar con un levantamiento amplio de las restricciones, gran parte de nuestro país comienza a adentrarse en la llamada “nueva normalidad” generando experiencias muy valiosas para compartir y evaluar nuestros próximos pasos.

Por otro lado, los gobiernos locales tenemos la responsabilidad de mirar el mediano y largo plazo y analizar los escenarios que plantea esta nueva normalidad. Debemos ocuparnos de la urgencia pero también pensar cómo queremos que se vean nuestras ciudades una vez que vuelvan a encenderse. La pandemia aceleró cambios en dinámicas sociales y económicas que ya se vislumbraban, como el gobierno digital; las nuevas formas de trabajar -incluido el trabajo remoto y las economías colaborativas-; la incorporación de las nuevas tecnologías en la educación; la creación de ciudades a escala humana, por solo nombrar algunas. A modo de ejemplo, las caras de muchas ciudades -como París, San Francisco o Bogotá- ya están empezando a cambiar con la ampliación de áreas peatonales y ciclovías -una opción de movilidad sustentable, segura en este contexto, que permite desincentivar el uso del auto y reducir emisiones contaminantes. Asimismo, todavía quedan interrogantes que el mundo apenas está empezando a responder, como la reactivación del turismo local e internacional, o la incorporación de la acción climática en los planes de recuperación. 

Estas agendas son las que marcarán el futuro de las ciudades, al tiempo que el “día después” -que tanto esperamos- será moldeado por nuestra capacidad de innovación urbana. Tenemos la oportunidad de que la salida a esta crisis sea a través de la construcción de ciudades más inclusivas, pensadas para las personas, sostenibles y resilientes. Por eso los y las invito a participar de esta conversación y pensar juntos el futuro de las ciudades argentinas.

Ciudad de 15 minutos
Junio 2020