En una época de acelerada urbanización y de un crecimiento sostenido de la población, la gestión de los residuos sólidos es vital para que las ciudades y comunidades sean sostenibles, sanas e inclusivas tal como se señala en los Objetivos del Desarrollo Sostenible. 

Las ciudades experimentan los diversos problemas asociados a una gestión inadecuada de los residuos sólidos, siendo los más relevantes, el impacto en la calidad de vida de la población (esencialmente, la salud), los problemas ambientales y los socioeconómicos, entre otros. Todo ello, plantea enormes desafíos básicamente relacionados con la existencia de recursos financieros limitados, la falta de equipamiento adecuado, en algunos casos con personal con poco conocimiento técnico, con cambios en la administración política, con escasa comunicación y articulación entre los actores involucrados, pero, por sobre todo, se destaca -a mi criterio- la falta de planificación y evaluación del sistema de gestión integral que se necesita implementar.

Mucho hemos hablado de las famosas 3Rs: “reducir, reusar y reciclar”, pero evaluando la situación actual en materia de residuos, considero importante y necesario, a efectos de propiciar un verdadero cambio de paradigma que inicie un proceso de transición para revertir la situación existente en la materia, incorporar otros conceptos basados en la 5Ps* a la hora de diseñar un sistema de gestión integral de residuos sólidos adecuado. Estos conceptos serían los siguientes: 

• Planificación: Formular un plan integral de gestión, bien diseñado y ajustado a las especificidades locales y garantizar el seguimiento de su implementación. 
• Precio: El plan que se formule debe estar basado en un análisis económico sólido, que refleje el verdadero costo de la gestión.
• Publicidad: Usar las plataformas públicas para promover el plan, obtener apoyo público y educar a la población. 
• Política: Contar con el apoyo político durante la fase de planificación, pero fundamentalmente en la de implementación. 
• Perseverancia: Prepararse para una estrategia de implementación a largo plazo.

Considero que la planificación es el primer paso crítico que las ciudades deben encarar para crear su propio sistema de gestión de residuos sólidos; son las ciudades las que están mejor posicionadas para evaluar sus propias necesidades, determinar cuales son las condiciones de la situación inicial de su gestión de residuos y, a partir de allí, comenzar a planificar para el futuro.

A la hora de planificar, aparece una herramienta que introduce un cambio de paradigma en la gestión integral de los residuos sólidos urbanos, que es la economía circular la cual tiene como objetivo implementar un sistema de gestión basado en el principio de “cerrar el ciclo de vida” de los productos, produciendo bienes y servicios a la vez que se reduce tanto el consumo, como los desechos y desperdicios de materias primas, agua y energía

Entiendo a la economía circular como una intersección de aspectos ambientales y económicos; los productos deben poder extender su ciclo de vida útil para finalmente cerrar el círculo siendo reinsertados en el circuito productivo.

Tradicionalmente, la economía global ha operado mediante un modelo lineal, donde los recursos y materias primas son considerados ilimitados, siguiendo el esquema de “extraer-producir-desechar”; los recursos son utilizados y desechados después de un corto uso, generándose una cantidad significativa de residuos, los cuales generalmente terminan en basurales a cielo abierto, vertederos controlados y/o rellenos sanitarios. 

Debido a que la cantidad de las materias primas existentes no serán suficientes para cubrir la demanda futura y que la gran cantidad de residuos generados son gestionados de manera incorrecta e insostenible, es hora de planificar la gestión integral de residuos introduciendo el nuevo paradigma que representa la economía circular.

La economía circular entonces, forma parte de los llamados “nuevos modelos económicos sostenibles” por cuanto ofrece una alternativas coherente al sistema lineal actual, ya que el principio fundamental de la economía circular consiste en la utilización de los residuos para obtener materia prima para otros bienes, reduciéndose drásticamente la generación de residuos, al mismo tiempo que se evita la extracción de nuevos materiales y materias primas.

No quiero dejar de mencionar que el uso de esta nueva herramienta, la economía circular, en la planificación e implementación del sistema de gestión integral de residuos por parte de las ciudades, tiene un impacto directo positivo no sólo en dicha gestión, sino también en la lucha contra el cambio climático. 

Como conclusión final, y a modo de contribución a la problemática que plantean los residuos a las ciudades, quisiera agregar que la economía circular ofrece un marco de soluciones sistémicas que aborda también desafíos globales y representa un cambio total de paradigma en materia de gestión integral de residuos, que permitirá a las ciudades estimular el crecimiento económico y generar empleo sin comprometer al ambiente, posicionándose como uno de los pilares más importante para una recuperación económica resiliente, con bajas emisiones de carbono, tras la pandemia de COVID-19.  

*Concepto que introduce la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés)