Clara Muzzio


Clara Muzzio

Ministra de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad de Buenos Aires



La forma de las ciudades post COVID-19: intervenciones en el espacio público

Flexible, replicable, dinámico...En tiempos en que todas las certezas aprendidas colapsan contra la realidad de este contexto tan imprevisto, es de las cualidades más simples de donde surgen la esperanza, la solución y lo posible. 

Lo vimos en el espacio público en los primeros días de la crisis, cuando precisamente gracias a su maleabilidad, pudimos readaptarlo de urgencia para montar unidades febriles móviles, externas a los hospitales, en las que atender los casos de Covid-19. 

Lo reforzamos cuando devolvimos las ferias barriales a las calles -con una nueva organización de puestos sobre las calzadas, accesos únicos y controles para evitar las aglomeraciones- y cuando formalizamos áreas peatonales más amplias en los principales ejes comerciales. En ambos casos, recurriendo a la demarcación del asfalto como herramienta rápida, sencilla y efectiva para garantizar el distanciamiento social y la tranquilidad que la gente necesitaba para moverse por sus lugares de siempre pero con nuevos protocolos urbanos.

Y lo vamos a consolidar en breve, cuando concretemos espacios ágiles capaces de garantizar la reapertura de actividades recreativas, gastronómicas, educativas y culturales.

Nuestros hábitos y costumbres más gregarios -jugar con otros chicos en una plaza, darnos un abrazo al encontrarnos, sentarnos con amigos a tomar un café- se van a transformar y el espacio público deberá acomodarse a ello. La buena noticia es que este cambio, histórico e impensado, nos sorprende con gran parte de los deberes hechos. Hace muchos años que trabajamos para construir una ciudad a escala humana, cercana, accesible y caminable. Hoy, con lo global reducido a las rutinas mínimas de cada barrio -salidas a menos de 500 metros, compras en comercios de cercanía, restricción en el transporte público, actividad física en horarios limitados- es en el desarrollo de pequeñas centralidades y en la capacidad de adaptabilidad en donde encontramos muchas de las respuestas a una Buenos Aires post Covid-19. Que las personas puedan resolver sus necesidades básicas y de ocio en su propio entorno; que se desalienten las grandes distancias porque todo lo que se necesita se tiene cerca de casa; que el protagonista sea el peatón; que las calles emblemáticas se conviertan en el territorio en el que la gente, aunque con distanciamiento social, elija caminar, permanecer, disfrutar y convivir; que los chicos puedan salir a jugar, sin contacto físico, pero jugando al fin.

En la ciudad de las pequeñas centralidades y la “nueva normalidad” queremos que el vecino salga para quedarse. En nuestro criollo más llano, que se reapropie de sus calles, elija permanecer en su barrio y lo sienta más suyo que nunca.

Ciudad de 15 minutos
Julio 2020